Apuntes: Medidas a contramano de una nueva realidad
Dos medidas recientes del gobierno fueron más propias del mundo previo al tsunami desatado por Trump que del posterior, actual.
Una, la de casi no mover los precios de los combustibles, adoptada el 31 de marzo, puede entenderse porque entonces aún no se había desatado el huracán. Y era razonable recuperar parte de lo perdido en el ejercicio pasado (más de US$ 100 millones según la contabilidad y según las finanzas públicas).
Otra, la de subir la Tasa de Política Monetaria (TPM), es más inexplicable porque fue adoptada ayer martes 8, en medio de la tempestad.
Increíblemente, el propio comunicado del COPOM del BCU dio argumentos para no subirla: el Central observó “un aumento de los riesgos de desaceleración económica” y “consideró que se podrían generar condiciones más favorables para el actual proceso de desinflación”.
Soñar no cuesta nada, pero sería bueno que después de la Semana Santa, tiempo de meditación y reflexión, las autoridades anunciaran un paquete anti crisis global con una rebaja en los combustibles, que tenga en cuenta una parte del desplome del precio del petróleo, y con la reversión del aumento de la TPM. En ambos casos, fuera de las respectivas agendas, sin esperar a la próxima instancia prevista.