Apuntes: Argentina mejora, pero es todavía muy temprano para festejar
Ayer jueves 12 se conoció la variación del IPC en mayo, de 1,5%, que redujo a 43,5% la variación interanual. 18 meses antes, en noviembre de 2023, el mes anterior a la asunción presidencial de Javier Milei, el IPC había subido 12,8% y en los últimos 12 meses acumulaba 160,9%.
En la gráfica al pie se presenta la evolución trimestral y anualizada del IPC, que llegó a acercarse al 800% a comienzos del año pasado y hoy está en torno al 40%.
La mejoría es evidente y se hace más contundente si se considera que desde entonces a hoy hubo correcciones de precios relativos que estaban distorsionados desde tiempo inmemorial. Por un lado, el tipo de cambio, que ha dejado atrás la mayor parte del “cepo”, y, por otro lado, los precios de servicios públicos, que están hoy mucho más próximos a reflejar la realidad de los costos respectivos.
Esas correcciones de precios relativos siempre pegan en los índices de precios y por ello se vuelve más positiva la desaceleración de la inflación. La inflación en un fenómeno monetario, pero la variación del IPC no lo es y todas esas correcciones le afectan.
De todos modos, hay que tener en cuenta que siempre es más fácil bajar la inflación de tres dígitos a dos que de dos a uno. Sobre todo, cuando los programas son gradualistas. De hecho, las expectativas apuntan hoy a que el IPC termine este año en 28,6% y el próximo en 16,0%.
Por lo que hay mucho camino por recorrer. Lo mismo que ocurre en el caso del riesgo país, que ha bajado de más de 2.000 puntos básicos a 600 y pico, que todavía es una magnitud enorme y que no facilita el acceso al mercado voluntario de deuda.
Para perseverar en ese camino hay por delante varios hitos todavía: acumular reservas, terminar con el cepo cambiario, poder prescindir de las retenciones sobre las exportaciones (que hacen que el “atraso cambiario”, para algunos, sea extraordinario) y avanzar en reformas estructurales pendientes desde hace añares (tributaria, laboral, previsional, entre otras). Y hay, en ese camino, hitos electorales que deben ser superados y de cuyo resultado dependerá la evolución de las reformas.
Es todavía muy temprano para festejar.